jueves, 26 de abril de 2012

Jugar a los soldaditos


Hoy me ha tocado viajar en autobus de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas al D.F., y sin duda lo que mas ha llamado mi atención en el tránsito por la carretera es la cantidad de retenes por los que hemos tenido que pasar, como si fueramos unos peligrosos delincuentes.

Comenzamos con el retén de migración, subieron a ver quién tenía cara de centro o sudamericano, pero por fortuna no encontraron nadie con esas características -- a pesar de que las personas de Chiapas somos tan parecidas a las del resto de centro américa. Mientras que hacían la revisión aprovecharon a subir algunas personas que vendían jugos o tortas, así te vas surtiendo.

Pasó cuando mucho una hora y ya teníamos el próximo reten de migración con sus vendedores correspondientes, ésta vez pude comprar unas papas fritas (era lo que se ofrecía en éste retén). Hay que reconocer que al menos los retenes de migración tienen un fin práctico, surtir a los pasajeros de alimentos y "chucherías" para aguantar el viaje.

Sobre buscar inmigrantes, deberíamos ser menos hipócritas y no perseguir a otros latinoamericanos como nos siguen a nosotros en otros países. Las revisiones fueron rápidas, 5 o 10 minutos.

No esperaba lo que venía mas adelante, el primer retén militar, tardamos unos 10 minutos haciendo fila detrás de otros carros y otros 10 minutos para la revisión. No me gusta la idea de que vayan revisando tu equipaje, pero bueno, ¿qué podemos hacer?

Llevamos 3 horas de viaje, hemos pasado tres revisiones, a uno o dos kilómetros de la última revisión militar nos encontramos con un embotellamiento, inexplicable en medio de la carretera --un accidente, pensé-- el trafico era pesado, algunos conductores se quedaban dormidos, tardamos mas de una hora en llegar al motivo de tal embotellamiento: ¡Mas soldados!

Parece que a algún inteligente se le ocurrió que si haces un embotellamiento, lo que acadabas de revisar hace dos o tres kilómetros se convertirá como por arte de mágia en un producto ilegal, así que como era de esperarse nos hacen otras señales con sus lámparas, todos a la vez para que se vea como un equipo desorganizado. Bajo su falsa percepción de poder interpelan al conductor por no estacionarse exactamente como ellos querían, son hasta hostiles, pero poco se les puede decir. En ésta revisión no les basta con revisar el equipaje que está bajo el autobús, tienen que entrar al autobus y abrir los compartimientos superiores, por si ahí escondieron las toneladas de coca --como si algo cupiera en esos diminutos lugares donde no entró ni mi mochila--, y ya que estaban ahí se ponen a ver en las carpetas de algunos pasajeros, supongo que para ver si entre sus papeles llevan alguna hoja de marihuana.

Al fin pasamos la cuarta revisión y comencé a escribir éste texto y antes de escribir el primer párrafo, unos 500 metros adelante, ¡Nos encontramos a la AFI! -- Creo que no confían en el trabajo de los anteriores cuatro retenes -- la revisión de éstos señores es mas o menos rápida, hasta parecen comprender que después de mas de una hora de embotellamiento por las revisiones la gente está harta, así que sólo hacen algunas preguntas a personas dentro del autobus y nos dejan continuar. No sé qué buscan con las preguntas, ¿Esperan que algún homicida decida confesar ante la difícil pregunta "¿A dónde va?"?.

Llevamos ya unos pocos kilómetros y no se vé otro retén en el horizonte, por ahora cuatro horas de "viaje" --Una hora estacionados -- y cinco retenes. Me pregunto ¿Qué pasará en la mente de los que planean esos retenes? ¿Será que se sienten poderosos haciendo parar a miles de personas en una noche? ¿Será que disfrutan el hecho de que los mexicanos les tenemos cada día mas miedo? ¿Será que extrañan jugar a los soldaditos?

ACTUALIZACIONES:
- A las 5 horas de partir de Tuxtla Gutiérrez nos hemos encontrado con el sexto retén, han desviado a revisión a los dos autobuses que venían frente a nosotros pero no a nosotros. Nos ahorramos otros 10 minutos de revisión.
- Canté victoria demasiado pronto, a pocos metros de pasar el retén militar del que nos salvamos hay uno de migración y no tiene vendedores, ni para eso sirven. -(séptimo retén en cinco horas)
- Después me quedé dormido, no supe si pasamos mas retenes, entre despierto logré ver uno mas donde agentes de la PFP preguntaban al conductor de dónde veníamos y a dónde íbamos, pero no supe mas.

1 comentario: